TERMODÍNAMICA Y SUS LEYES
Es la rama de la física que
describe los estados de equilibrio a nivel macroscópico. Constituye una teoría
fenomenológica, a partir de razonamientos deductivos, que estudia sistemas
reales, sin modelizar y sigue un método experimental. Los estados
de equilibrio son estudiados y definidos por medio de magnitudes extensivas
tales como la energía interna, la entropía,
el volumen o
la composición molar
del sistema, o por medio de magnitudes no-extensivas derivadas de las
anteriores como la temperatura, presión y el
potencial químico; otras magnitudes tales como la
imanación,
la fuerza electromotriz y las asociadas con la
mecánica de los medios continuos en general también pueden ser
tratadas por medio de la termodinámica.
Es importante recalcar que
la termodinámica ofrece un aparato formal aplicable únicamente a estados de
equilibrio, definidos como aquel estado hacia «el que todo sistema
tiende a evolucionar y caracterizado porque en el mismo todas las propiedades
del sistema quedan determinadas por factores intrínsecos y no por influencias
externas previamente aplicadas». Tales estados terminales de equilibrio
son, por definición, independientes del tiempo, y todo el aparato formal de la
termodinámica --todas las leyes y variables termodinámicas--, se definen de tal
modo que podría decirse que un sistema está en equilibrio si sus propiedades
pueden ser descritas consistentemente empleando la teoría termodinámica. Los
estados de equilibrio son necesariamente coherentes con los contornos del
sistema y las restricciones a las que esté sometido. Por medio de los cambios
producidos en estas restricciones (esto es, al retirar limitaciones tales como
impedir la expansión del volumen del sistema, impedir el flujo de calor, etc),
el sistema tenderá a evolucionar de un estado de equilibrio a otro; comparando
ambos estados de equilibrio, la termodinámica permite estudiar los procesos de
intercambio de masa y energía térmica entre sistemas térmicos diferentes. Para
tener un mayor manejo se especifica que calor significa
«energía en tránsito» y dinámica se refiere al «movimiento», por lo que, en
esencia, la termodinámica estudia la circulación de la energía y cómo la
energía infunde movimiento. Históricamente, la termodinámica se desarrolló a
partir de la necesidad de aumentar la eficiencia de las primeras máquinas de vapor.
Como ciencia fenomenológica,
la termodinámica no se ocupa de ofrecer una interpretación física de sus
magnitudes. La primera de ellas, la energía
interna, se acepta como una manifestación macroscópica de las leyes de
conservación de la energía a nivel microscópico, que permite caracterizar el
estado energético del sistema macroscópico. El punto de partida para la mayor
parte de las consideraciones termodinámicas son los principios de la
termodinámica, que postulan que la energía puede ser intercambiada entre
sistemas en forma de calor o trabajo, y que sólo puede hacerse de una
determinada manera. También se introduce una magnitud llamada entropía, que se define como aquella
función extensiva de la energía interna, el volumen y la composición molar que
toma valores máximos en equilibrio: el principio de maximización de la entropía
define el sentido en el que el sistema evoluciona de un estado de equilibrio a
otro. Es la mecánica estadística, íntimamente relacionada
con la termodinámica, la que ofrece una interpretación física de ambas
magnitudes: la energía interna se identifica con la suma de las energías
individuales de los átomos y moléculas del sistema, y la entropía mide el grado
de orden y el
estado dinámico de los sistemas, y tiene una conexión muy fuerte con la teoría de información. En la termodinámica se
estudian y clasifican las interacciones entre diversos sistemas, lo que lleva a
definir conceptos como sistema termodinámico y su contorno. Un
sistema termodinámico se caracteriza por sus propiedades, relacionadas entre sí
mediante las ecuaciones de estado. Éstas se pueden combinar
para expresar la energía interna y los potenciales termodinámicos, útiles para determinar
las condiciones de equilibrio entre sistemas y los procesos espontáneos.
Con estas herramientas, la
termodinámica describe cómo los sistemas responden a los cambios en su entorno.
Esto se puede aplicar a una amplia variedad de temas de ciencia e ingeniería,
tales como motores,
transiciones
de fase, reacciones químicas, fenómenos de transporte, e incluso agujeros
negros. Los resultados de la termodinámica son esenciales para la química, la física, la ingeniería química, etc., por nombrar algunos.
Leyes de la termodinámica
Principio cero de la termodinámica
Este principio o ley cero, establece que existe una determinada
propiedad denominada temperatura empírica θ, que es común para
todos los estados de equilibrio termodinámico que se encuentren
en equilibrio mutuo con uno dado.
En palabras llanas: «Si pones en contacto un objeto
frío con otro caliente, ambos evolucionan hasta que sus temperaturas se
igualan».
Tiene una gran importancia experimental «pues permite
construir instrumentos que midan la temperatura de un sistema» pero no resulta
tan importante en el marco teórico de la termodinámica.
El equilibrio termodinámico de un sistema se
define como la condición del mismo en el cual las variables empíricas usadas
para definir o dar a conocer un estado del sistema (presión, volumen, campo
eléctrico, polarización, magnetización, tensión lineal, tensión superficial,
coordenadas en el plano x, y) no son dependientes del tiempo. El tiempo es un
parámetro cinético, asociado a nivel microscópico; el cual a su vez esta dentro
de la físico química y no es parámetro debido a que a la termodinámica solo le
interesa trabajar con un tiempo inicial y otro final. A dichas variables
empíricas (experimentales) de un sistema se las conoce como coordenadas
térmicas y dinámicas del sistema.
Este principio fundamental, aún siendo ampliamente
aceptado, no fue formulado formalmente hasta después de haberse enunciado las
otras tres leyes. De ahí que recibiese el nombre de principio cero.
Primera ley de la termodinámica
También conocida como principio de conservación de la energía para la
termodinámica «en realidad el primer principio dice más que una ley de
conservación», establece que si se realiza trabajo sobre un sistema o bien éste
intercambia calor con otro, la energía
interna del sistema cambiará.
En palabras llanas: "La energía ni se crea ni se
destruye: Solo se transforma".
Segunda ley de la termodinámica
Esta ley marca la dirección en la que deben llevarse a
cabo los procesos termodinámicos y, por lo tanto, la
imposibilidad de que ocurran en el sentido contrario (por ejemplo, que una
mancha de tinta dispersada en el agua pueda volver a concentrarse en un pequeño
volumen). También establece, en algunos casos, la imposibilidad de convertir
completamente toda la energía de un tipo en otro sin pérdidas. De esta forma,
la segunda ley impone restricciones para las transferencias de energía que
hipotéticamente pudieran llevarse a cabo teniendo en cuenta sólo el primer
principio. Esta ley apoya todo su contenido aceptando la existencia de una
magnitud física llamada entropía, de tal manera que, para un
sistema aislado (que no intercambia materia ni energía con su entorno), la
variación de la entropía siempre debe ser mayor que cero.
Tercera ley de la termodinámica
La tercera de las leyes de la termodinámica, propuesta
por Walther
Nernst, afirma que es imposible alcanzar una temperatura igual al cero
absoluto mediante un número finito de procesos físicos. Puede formularse
también como que a medida que un sistema dado se aproxima al cero absoluto, su
entropía tiende a un valor constante específico. La entropía de los sólidos
cristalinos puros puede considerarse cero bajo temperaturas iguales al cero
absoluto. No es una noción exigida por la termodinámica clásica, así que es
probablemente inapropiado tratarlo de «ley».
Es importante remarcar que los principios o leyes de
la termodinámica son válidas siempre para los sistemas macroscópicos, pero
inaplicables a nivel microscópico. La idea del demonio de Maxwell ayuda a comprender los
límites de la segunda ley de la termodinámica jugando con las propiedades
microscópicas de las partículas que componen un gas.
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